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Día Mundial de la Eficiencia Energetica

Cada 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energetica, una fecha para reflexionar sobre la importancia de utilizar la energía de forma eficiente.

Esta fecha fue inaugurada durante la primera Conferencia Internacional de Eficiencia Energetica, celebrada en Austria, en 1998.

La eficiencia en el manejo de la energía puede ayudar a proteger el planeta. Al ahorrar energía en cada proceso o acción, estamos emitiendo menos CO2 a la atmósfera. Con ello estamos favoreciendo a reducir los efectos adversos del cambio climático.

Según la Global Footprint Network (GFN), actualmente se calcula que necesitamos el equivalente a 1,6 planetas para alcanzar los recursos que utilizamos cada año. Para 2030 vamos a necesitar el equivalente a dos Tierras, lo que podría conducir a un daño significativo en la supervivencia de la raza humana.

Podemos satisfacer todas nuestras necesidades energéticas disminuyendo considerablemente la energía que consumimos, aumentando la eficiencia energética de nuestros edificios, electrodomésticos, vehículos y fábricas.

El papel del a eficiencia energetica es crucial en la reducción de emisiones.
El papel del a eficiencia energetica es crucial en la reducción de emisiones.

Los gobiernos que fomentan la inversión en eficiencia energética e implementan políticas de apoyo ahorran dinero a los ciudadanos, reducen la dependencia de las importaciones de energía y disminuyen la contaminación.

Las inversiones en eficiencia energética hechas por los 29 países miembros de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) desde 1990 ahorraron a sus ciudadanos 550.000 millones de dólares en 2014 solamente.

Estos costos evitados del consumo de energía incluyeron 80 mil millones de dólares ahorrados en la reducción de importaciones de combustibles fósiles, lo que supuso la reducción en 10 mil millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono (CO2) entre 1990 y 2015.

Mitos de la eficiencia energetica.

1. Eficiencia significa únicamente generación de energía renovable

Para muchas personas, hablar de eficiencia energética, aún hoy, sigue asociado solamente a la generación de energía a partir de fuentes renovables. Sin embargo, cuando hablamos de eficiencia lo primero que tenemos que pensar es cómo gestionar y cuidar los recursos con los que contamos. Ese es el desafío más urgente que tenemos y lo que las nuevas generaciones nos están señalando en su lucha contra el cambio climático.

Nadie pensaría gastarse en su hogar todo el sueldo en los primeros 15 días del mes, sin embargo en nuestra casa común, el planeta, consumimos todos los recursos naturales disponibles para un año en los primeros siete meses.

A la fecha en que se alcanza ese límite se le denomina “Día del sobregiro de la Tierra” y lamentablemente cada año se adelanta en lugar de retroceder. A este ritmo, es como si necesitáramos casi dos planetas por año para vivir, ya que utilizamos los recursos 1,75 veces más rápido de lo que tardan en regenerase.

Por eso la importancia de la eficiencia energética es crucial: un consumo responsable se traduce en menos emisiones. La importancia queda clara si consideramos las cifras de Naciones Unidas, según las cuales la energía es el factor que contribuye principalmente al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

2. Ahorrar energía implica perder confort y calidad de vida

Hay quienes piensan en la eficiencia como una austeridad extrema, que les haría perder confort en su día a día. Lejos de eso, lo que propone la eficiencia energética es mejorar la calidad de vida minimizando el impacto ambiental

Esto implica buscar soluciones accesibles que nos permitan optimizar los recursos naturales para encontrar nuevas formas de habitar, más amigables con el planeta.

En ese sentido, algo tan simple como considerar cuáles son los materiales que utilizamos y de qué manera lo hacemos puede ayudarnos en el camino hacia la llamada construcción o arquitectura sustentable.

Así, colocar un buen aislamiento, reemplazar materiales que tienen mucha pérdida térmica, aprovechar y conservar mejor el agua, todo suma para disminuir el consumo de energía y el gran impacto que causan las edificaciones.

Contrario de lo que muchos piensan, la eficiencia energética está al alcance de nuestra mano.

Además, en lugar de perder, la eficiencia energética muchas veces suma prestaciones. Los sistemas de comunicación interna y de videovigilancia, las luces de emergencia, los ascensores, bombas de agua y todos los elementos necesarios  para el funcionamiento de un edificio, pueden ser alimentados por sistemas solares híbridos.

Estos sistemas acumulan energía para que, al momento de un corte de suministro, todo pueda seguir funcionando sin inconvenientes para los usuarios, evitando el uso de generadores de combustible fósil, que deben ser abastecidos cada 4 o 6 horas, haciendo de esto una maniobra riesgosa, inoperativa y poco sostenible.

3. Lo sustentable es caro

Dicen que como consumidores pensamos con el bolsillo, y es cierto, lo hacemos. Esto lleva muchas veces a dejar de lado los productos más eficientes energéticamente por considerar que tienen un mayor valor. En realidad, lo que sucede es que falta información para que la opción por lo sustentable sea deseable.

La tecnología cada vez se hace más económica y más rentable, los sistemas más  fiables y competitivos. Necesitamos incorporar la mirada a largo plazo, pensar por ejemplo que un sistema solar tiene un período de vida mayor a 25 años, por lo que el recupero de la inversión, aunque sea lento, se va a superar con creces y va a permitir muchísimos años de ahorro, con un beneficio no solo para ese hogar en particular sino también para toda la comunidad.

A nivel mundial la eficiencia energética se valora y se premia, por ejemplo hay ciudades donde las casas más eficientes pagan menos impuestos.

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